El mar estaba muy picado y las olas golpeaban con fuerza el casco del viejo barco y lo bamboleaba tanto que Ho Long ya no podía mantenerse en pié. Desde hacía una semana había zarpado de Shangai y aún faltaban tres días más de travesía para llegar a su destino en tierra firme, luego dos semanas más a pié y por fin llegaría a la tierra del Emperador Shitunglai en donde se encontraría con su amada Sany Li para contraer matrimonio.
Haciendo un gran esfuerzo logró acercarse a la cubierta de popa y desde el barandal se puso a observar el horizonte. A pesar del oleaje era un atardecer hermoso. Las gaviotas sobrevolaban la embarcación y sus graznidos aseguraban la presencia de sardinas cerca del velero. De cuando en cuando se las veía caer en picada entre las aguas revueltas y sacar con su pico los peces que serían su sustento.
Al caer la noche ya el mar estaba tranquilo y la luna que estaba arriba y redondita como una moneda de oro, jugaba con el agua desprendiendo su brillo amarillento en la superficie marina.
Los días fueron transcurriendo sin mayores contratiempos y ¡Al fin!, una mañana llegaron a Puerto Hong-kin.
Ho Long puso sus pertenencias en un pequeño saco que había echo con un pañuelo y se lo puso a la espalda, caminó a la barandilla de cubierta dio un vistazo a las montañas envueltas en niebla que se veían muy lejos; su corazón se aceleró al ver en su pensamiento la imagen de su amada Sany Li. Bajó del barco y se perdió caminando entre la gente.
Cruzó todo el pueblo a pié y llegó a una casita en donde habían unas mesitas en la parte de afuera. Arriba en una pared había un letrero que decía: “Ho lu panchi gong tuli”, traducido del dialecto panchi significa: “Una taza de te para el largo camino”. Se sentó y pidió un te. Una joven se acercó y con toda la reverencia y tradición le sirvió aquella sabrosa y humeante taza de te. En el centro de la mesa había un plato con galletas de la fortuna. Luego de tomar el te tomó una galleta y la partió, dentro de ella estaba un papelito que decía: “El sendero a la felicidad puede ser difícil” y en una esquinita, abajo a la derecha decía: “Llama a La Pulga Siniestra”. “Te ayudará siempre”. Ho Long guardó el papelito en su bolsillo, compró algunos víveres para el camino y emprendió el viaje en búsqueda de la felicidad.
El camino estaba lleno de flores, árboles con frutas exóticas de Chupa Chupa, ruiseñores cantarines, riachuelos llenos de peces de vistosos colores y muchas ardillas juguetonas que no paraban de brincar de rama en rama y cruzarse curiosas en su camino.
Llegó al pié de las montañas, miró hacia arriba; estaban cubiertas de una espesa niebla, pero aún así comenzó a subir. Cuando llegó la noche hizo una hoguera, calentó un poco de te y comió un poco de pan. Así pasaron los días hasta que al tercero cuando estaba bajando de la última montaña miró a lo lejos. Un hermoso valle multicolor se extendía hacia el horizonte y en su centro se elevaba un precioso palacio estilo mandarín rodeado de casitas de madera muy bonitas. Poco a poco fue llegando al pueblito. La gente era muy amable y en su totalidad trabajaban haciendo los mejores bonsái de toda China. A medida que caminaba las personas le mostraban una reverencia y le regalaban una gran sonrisa y Ho Long hacía lo mismo.
¡Al fin!, llegó a la puerta del palacio del Emperador Shitunglai. Un guerrero estaba en la puerta. Ho Long hizo una reverencia y dijo:
-Soy Ho Long, prometido de la doncella Sany Li
El guerrero levantó una mano y de inmediato dos guerreros se acercaron y escoltaron a Ho Long ante la presencia del Emperador.
El salón era extraordinario, jarrones de la mas hermosa porcelana, columnas de marfil, vasos de oro, mesas del mas fino nogal, alfombras de piel, cortinas de seda…., Pero….
-¿Qué pasa? ¿Por qué llora el Emperador?
Ho Long se acercó al trono y luego de hacer una reverencia volvió a preguntar:
-¿Porqué llora Emperador Shitunglai?
-¡OH!, mi querido Ho Long, ¡Ha ocurrido una desgracia!
-¿Qué pasa Majestad?
-Hace un mes mi amada hija, la doncella Sany Li, fue llevada a la fuerza a la Pagoda Encantada y bajo la influencia de un poderoso hechizo la tiene secuestrada el Dragón de las Dos Lenguas. Sany Li, estaba en los jardines imperiales recogiendo cerezas de los bonsái enanos, cuando de pronto y bajo una espesa nube de humo negro desapareció. Un guerrero que venía de las Tierras del Norte pasó cerca de la Pagoda Encantada y vio cuando el dragón la llevaba encadenada. ¡OH! ¡Que tristeza!, ¡OH! ¡Que dolor!
Al oír las nefastas noticias el corazón de Ho Long se partió en pedazos y su alegría se transformó en una inmensa tristeza. Se abrazó al Emperador y Lloraron juntos.
De repente Ho Long recordó el papelito de la galleta de la fortuna y le dijo al Emperador:
-¡Ya sé cómo podremos tener a Sany Li nuevamente entre nosotros!
-¿Cómo? Preguntó el Emperador
-Hace tres días cuando tomaba el te en una posada recogí una galleta de la fortuna que decía: “El sendero a la felicidad puede ser difícil” y en una esquinita, abajo a la derecha decía: “Llama a La Pulga Siniestra”. Te ayudará siempre”.
-¿Y quién es La Pulga Siniestra? Preguntó el Emperador
-No lo sé, pero lo que si sé es que si su nombre estaba en la galleta de la fortuna, La Pulga Siniestra puede ayudarnos.
De inmediato el Emperador mandó a llamar a los guerreros más hábiles para encontrar y rastrear pulgas y los envió por todo el territorio a buscar a La Pulga Siniestra.
Los guerreros tenían ya varias horas caminando cuando llegaron a un lago, y allá a lo lejos vieron una pequeña tienda de campaña con una fogata al lado. Cuando se acercaron vieron que alguien estaba cocinando unos huevitos estilo abuela Ellen. De pronto escucharon detrás de ellos:
-¿Quiénes son Ustedes y qué quieren?
Los guerreros brincaron del susto. Jamás habían sido sorprendidos por nadie. Ni siquiera habían percibido sus pasos. Eso solo tenía una respuesta: solo alguien experto en artes Ninja era capaz de acercarse así.
-Somos los guerreros del Emperador Shitunglai, estamos buscando a La Pulga Siniestra para ver si nos ayuda a rescatar a la doncella Sany Li quien ha sido secuestrada por Dragón de las Dos Lenguas y llevada encadenada a la Pagoda Encantada.
-No busquen más, yo soy a quien están buscando.
La Pulga Siniestra recogió sus pertenencias y en compañía de los guerreros del Emperador Shitunglai emprendió camino a Palacio.
Luego de escuchar la horrible historia del secuestro de la doncella, El Emperador dijo:
-Tienes a tu orden tres mil guerreros dispuestos a entregar su vida para salvar a Sany Li
-No. Respondió La Pulga Siniestra. Solo necesito a Ho Long, con un solo hombre que me acompañe será suficiente.
Ho Long se estremeció de pié a cabeza y sin decir palabra hizo una reverencia al Emperador y en compañía de La Pulga Siniestra emprendieron la marcha hacia La Pagoda Encantada.
Estaba ya por caer la tarde cuando a lo lejos se veía la imponente construcción en forma de pagoda. A medida que con mucho sigilo iban acercándose podían observar en el último piso de la edificación a Sany Li asomada a una ventana, y que con un pañuelo en su mano se secaba las lágrimas al tiempo que se lamentaba:
-¡OH! ¿Dónde estará Ho Long? ¿Quién me rescatará de las fauces del Dragón de las Dos Lenguas?
Cuando Ho Long escuchó el lamento de su amada trató de correr hacia ella para liberarla, pero La Pulga Siniestra lo agarró rápidamente, gracias a sus reflejos de Maestro Ninja y lo echó al suelo justo detrás de un pequeño arbusto, y en silencio le señaló al Dragón que dormido en la entrada de La Pagoda botaba por sus narices hilillos de humo negro.
-¡Tranquilo! Recuerda el viejo adagio chino que dice: “Origamato firulay coropaney chow”, Que traducido del dialecto panchi significa: “Cuidadito, cuidadito o te come El Dragón”
Ho long hizo un gran esfuerzo y se quedó muy quieto para no despertar al Dragón de la Dos Lenguas.
-Ya va a oscurecer, debemos esperar hasta mañana. Esta noche trazaremos un plan y mañana rescataremos a Sany Li. Dijo La Pulga Siniestra.
-Está bien, respondió Ho Long.
Aquélla noche fue la mas larga para Ho Long. No pudo cerrar un ojo ni un solo momento. La preocupación por rescatar a su amada lo atormentaba. Y al fin cuando amaneció:
-Bien, vayamos a rescatar a La Doncella. Dijo La Pulga Siniestra.
-¡Vamos!
Cuando llegaron a La Pagoda Encantada el Dragón de Dos Lenguas ya no estaba en la entrada. Con mucho cuidadito entraron y vieron un gran salón con unas fotos de ancestros de dragón, una mesita con frutas y unas ramas de incienso echando humito. Un poco mas allá se veía la escalera que llevaba al último piso, y en silencio, de puntillas y con cautela comenzaron a subir los escalones. Llegaron al primer piso, allí estaba una cama grande y una tina de baño de porcelana y patas de oro. En el segundo piso había de todo, desde una vela hasta una pala para recoger tulipanes, y todo estaba hecho de oro. En el tercer piso había una gran puerta con un candado enorme.
-Creo que Sany Li está en esa habitación. Dijo Ho Long.
Al mismo tiempo La Pulga Siniestra se acercaba a la puerta y daba unos suaves toquecitos…
-¿Quién está allí? Preguntó Sany Li
Ho Long puso su oreja en la puerta y dijo:
-Soy yo Sany Li, hemos venido a rescatarte.
-¡Cuidado!, el Dragón de las Dos Lenguas siempre viene después de comer a vigilarme. Están corriendo un gravísimo peligro.
Tranquilizaron a La Doncella y se ocultaron detrás de unas cortinas a esperar a que llegara El Dragón. Pasaron unos minutos verdaderamente angustiantes cuando de pronto comenzaron a escucharse los pesados pasos del dragón por la escalera y el arrastre de su larga cola. Al mismo tiempo se percibía un olor a quemado que inundaba todo en ambiente.
El Dragón de las Dos Lenguas llegó a la puerta y sacó un manojo de llaves que llevaba a la cintura y abrió el candado….Miró a Sany Li, la notó nerviosa y le preguntó:
-¿Qué tienes? ¡Algo está pasando aquí!
Y de pronto se puso a revisar y mirar por todas partes.
-Algo estás ocultando, y… Huele algo raro… ¿Quién está allí?
Y con la velocidad ultra fugaz que caracteriza a La Pulga Siniestra se acercó frente a frente al Dragón y le dijo:
-Soy La Pulga Siniestra y he venido a rescatar a la Doncella de tus fauces humeantes.
-¿Humeantes? , ¿Humeantes?, ya te voy a mostrar lo que es humeantes.
Y seguidamente y con mucha violencia el Dragón de las Dos Lenguas abrió sus alas inspiró una gran bocanada de aire y cuando ya iba a soltar la llamarada, sintió en su cuello el filo de la espada de Ho Long.
El Dragón se quedó paralizado, perplejo y sorprendido por la valentía de Ho Long y botando poco a poco el aire de sus pulmones, estalló en llanto.
-Sniff. Sniff. Sniiiff.
-¡Ho Long! Baja tu espada. Dijo La Pulga Siniestra.
Ho Long no estaba muy seguro pero obedeció. Al mismo tiempo Sany Li se abalanzaba sobre él y lo abrazaba.
-¿Porqué lloras Dragón?
-Porque nunca me salen las cosas bien. Yo esperaba que un ejército viniera a rescatar a Sany Li y sin embargo lo que me encuentro es a dos sujetos solitarios y que de paso me sorprenden.
-A ver, ¿Por qué secuestraste a La Doncella Sany Li?
-Bueno, la Señora Dragón puso un huevo allá arriba en las montañas que están cubiertas con la niebla. El huevo rodó y rodó, golpeó en un turupe muy achichonado, cayó al lago de hielo y se congeló. La Señora Dragón no puede incubarlo porque al tratar de rescatar el huevo le dio catarro y tiene su colita todavía congelada y yo no lo puedo incubar porque soy muy caliente y si me pongo sobre él lo cocinaré. No sabía que hacer hasta que me vino la idea de secuestrar a La Doncella Sany Li con la esperanza de que los soldados la salvaran si calentaban el huevo.
-Bueno, lo que has hecho no está bien. Si hubieras hablado con el Emperador seguramente el te hubiera ayudado.
-Si, estoy arrepentido.
-Veamos que se puede hacer.
Todos fueron a recoger el huevo que en verdad estaba como témpano de hielo. Con mucho cuidado lo llevaron a La Pagoda Encantada, lo pusieron sobre la cama y todos se sentaron sobre él mientras la Señora Dragón y El Dragón de la Dos Lenguas esperaban pacientemente que se descongelara el huevo y naciera la nueva criatura.
Pasados unos días se oyó un pequeño golpecito en la cáscara del huevo, y luego otro y otro, hasta que al fin brotó de él un gracioso dragoncito que revoloteaba por todos lados echando humo por sus narices.
Y cuenta la historia que se hicieron todos muy amigos y Ho Long y Sany Li se casaron y vivieron felices para siempre.
El lo que respecta a La Pulga Siniestra ella se despidió del Emperador y de los novios diciendo: “Jió nom mechento may into lette dihie Lo” que traducido del dialecto panchi significa: “Yo no me siento más en un tolete de hielo”.
Y colorín colorado este cuento se ha terminado, pasó por un zapatito roto y la próxima semana te cuento otro.